Como un niño pequeño comenzó a dibujar garabatos sin sentido en el papel. Siguió hablando por teléfono y pintando a la vez curvas, rectas... figuras extrañas que, para cuando quiso darse cuenta, habían cobrado vida propia y danzaban por el papel cruzándose unas con otras, fundiéndose y creando formas aleatorias que siempre le recordaban a algo y que además, parecían ilustrar su conversación.
Finalmente, quedó algo parecido a un gato negro.
Colgó el teléfono suspirando y al volver a fijar la vista en el cuaderno, contempló la hoja en blanco: el gato ya no estaba. Notó un movimiento por el rabillo del ojo y al girarse lo vio moviéndose tranquilamente entre los libros de la estantería y rascándose el lomo en un viejo ejemplar de cuentos de Poe.
Lo miró con odio. Aquel maldito gato negro le traía malos recuerdos.
Se acercó sigilosamente intentando agarrarlo y entonces se dio cuenta de que no sabía cómo. Quizá con el cuaderno... Sí, sí, eso era, si conseguía que entrase de nuevo en las páginas, desaparecería.
Volvió a por el cuaderno y cuando lo tuvo entre las manos contó mentalmente: uno... dos... y ¡TRES!
Se abalanzó sobre la estantería logrando únicamente tirarla al suelo, esparciendo todos los libros y haciendo huir al gato asustado hacia el pasillo. Salió furioso, pisando sin miramentos todo lo que había quedado desparramado y armado con el cuaderno, gritó al gato que ya estaba paseándose por las blancas paredes del salón.
Estaba histérico, el estúpido animal le hacía recordar y eso le ponía nervioso, y lo que peor le sabía era que si eso estaba ahí era porque él lo había dibujado.
Se paró respirando agitadamente, contemplando el caos a su alrededor.
Siguió buscándolo y lo vio reflejado en el espejo del baño. Sin pensarlo, agarró le grifo de la ducha y mojó con furia las paredes, intentando que desapareciese la mancha negra que ya saltaba pro los toalleros huyendo hacia la cocina.
Cegado por la rabia, corrió tras él, decidido a capturarlo fuese como fuese.
* * *
-¿Hola?¿Marcos? Le pregunté a mamá por tí y me dijo que hacía tiempo que no la llamabas. La tienes preocupada...
La mujer se paró en seco al ver el caos en el escritorio: la estantería en el suelo, los libros esparcidos y un gran montón de rotuladores permanentes. Alzó la vista y contempló horrorizada los garabatos que cubrían las paredes: cientos de figuras de gatos negros dibujados con un trazo simple, casi infatil. Oyó un maullido que venía del salón.
-¡Marcos!¡Marcos!
Atravesó el pasillo corriendo hacie al fondo de la casa, sintiéndose delirar entre las figuras deformes que, pese a no tener ojos, parecían observarle desde las paredes de toda la casa. Sus pies chapoteaban en el agua que venía del baño y que comenzaba a inundar toda la casa.
Llegó al salón y ahogó un grito: ahí estaba él, inmóvil, tumbado boca arriba en el sofá, maullando con la mirada fija en el techo.
miércoles, 28 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
Mi último viaje
-”En el fondo, no es tan mal trabajo como parece”- La negra capucha cubría casi todo el rostro dejando únicamente al descubierto la larga barba y unos labios que dibujaban una media sonrisa irónica.-No me puedo quejar de no viajar, pero siempre el mismo recorrido, aunque no pueda verlo lo noto”-Alzó la cabeza y dos ojos ciegos parecieron clavarse en los míos.
-”Entonces ¿Porqué no lo dejas?-pregunté
-”No sé hacer otra cosa, estoy hecho para esto. Y a estas alturas de la inmortalidad...”- su risa cavernosa retumbó por la cueva e hizo que el resto de pasajeros se nos quedase mirando.
-”Mi trabajo me gusta, nunca me he plateado dejarlo. Los viajes de ida son entretenidos, la gente me cuenta suss historias, aprendo de ellas...Podría relatarte mil y una hisotrias de vidas: amores imposibles, aventureros, científicos, filósofos, sacerdotes...”
En cada viaje vivo varias vidas, les pregunto y me cuentan. Cuando hago el viaje de de vuelta, solo, trato e imaginarme lo que es vivir. Aunque viendo como se lanzan unos de cabeza la muerte, y lo desdichados que se sienten otros por lo que han dejadó allá, me alegro de vivir así.
La barca chocó en ese momento contra la orilla.
-”En todos los viajes que he hecho, eres la primera persona que en vez de contarme su vida y su muerte pregunta por mi vida”-
Toqué inconscientemente la muñeca, donde debían estar en mi cuerpo los cortes que me habían quitado la vida. Mi vida a cambio de mi sueño, todo por conocerle. Me tendió la mano para ayudarme a bajar y me la besó antes de alejar la barca de nosotros, dejándonos solos frente a las puertas del averno.
Me giré una última vez y ví la silueta de Caronte y su barca fundiéndose con las sombras de la cueva.
(Viejo relato recuperado tras un fortuito encuentro con Caronte que me lo ha hecho recordar ^^)
-”Entonces ¿Porqué no lo dejas?-pregunté
-”No sé hacer otra cosa, estoy hecho para esto. Y a estas alturas de la inmortalidad...”- su risa cavernosa retumbó por la cueva e hizo que el resto de pasajeros se nos quedase mirando.
-”Mi trabajo me gusta, nunca me he plateado dejarlo. Los viajes de ida son entretenidos, la gente me cuenta suss historias, aprendo de ellas...Podría relatarte mil y una hisotrias de vidas: amores imposibles, aventureros, científicos, filósofos, sacerdotes...”
En cada viaje vivo varias vidas, les pregunto y me cuentan. Cuando hago el viaje de de vuelta, solo, trato e imaginarme lo que es vivir. Aunque viendo como se lanzan unos de cabeza la muerte, y lo desdichados que se sienten otros por lo que han dejadó allá, me alegro de vivir así.
La barca chocó en ese momento contra la orilla.
-”En todos los viajes que he hecho, eres la primera persona que en vez de contarme su vida y su muerte pregunta por mi vida”-
Toqué inconscientemente la muñeca, donde debían estar en mi cuerpo los cortes que me habían quitado la vida. Mi vida a cambio de mi sueño, todo por conocerle. Me tendió la mano para ayudarme a bajar y me la besó antes de alejar la barca de nosotros, dejándonos solos frente a las puertas del averno.
Me giré una última vez y ví la silueta de Caronte y su barca fundiéndose con las sombras de la cueva.
(Viejo relato recuperado tras un fortuito encuentro con Caronte que me lo ha hecho recordar ^^)
martes, 13 de abril de 2010
No woman no cry?
No man, don't cry. Porque los hombres de verdad no lloran y los soldados lo hacen de noche. Porque mostrar la debilidad es exponerte y ser un blanco fácil. Y nadie quiere ser cazado pues su cuerpo sería expuesto al fuego lento de las miradas que le juzgarían antes de alimentarse de él.
Sorberse los mocos, enjugar las lágrimas y tapar la herida con una tirita.
No man, don't cry. Porque los hombres de verdad no lloran y los soldados lo hacen de noche. Porque mostrar la debilidad es exponerte y ser un blanco fácil. Y nadie quiere ser cazado pues su cuerpo sería expuesto al fuego lento de las miradas que le juzgarían antes de alimentarse de él.
Sorberse los mocos, enjugar las lágrimas y tapar la herida con una tirita.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)