viernes, 19 de febrero de 2010

Siguiendo el sendero

Y siguiendo el sendero del bosque llegamos a un pequeño claro donde vimos a lo lejos una pequeña casita de piedra. Una bella mujer salió a recibirnos y nos hizo señas desde el umbral de la puerta para que nos acercásemos.Pero cuando nos acercamos a ella, descubrimos que no era una joven, sino una anciana embutida en un vestido demasiado pequeño que quizá le sentase bien muchos años atrás. Su cabello, que en la distancia parecía rubio y abundante, resultó no ser más que unas hebras marchitas de canas dispuestas al azar sobre el cuero cabelludo.
-¡Corre Hansel!-le grité a mi hermano-¡Es la bruja!
Y salimos corriendo, dejándola sola mientras nos gritaba que no huyésemos, que no era una bruja, que se llamaba Rapuncel y que las princesas también envejecen.

2 comentarios:

  1. Muy bueno, el punto final del relato está genial.

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  2. Dios, odio a Disney!!!! xDxDxD
    Es sencillamente genial:felicidades;) Nunca me hubiera imaginado..bueno, pues eso.

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