Escondemos la buena suerte en una herradura y la mala bajo una escalera.
Envolvemos la navidad en papel de regalo y transformamos los años en velas.
Atrapamos el tiempo en un reloj y hacemos de la libertad una paloma.
Limitamos lo ilimtable.
Diferenciamos lo que es igual e igualamos lo que es distinto.
No llamamos negro a lo negro ni blanco a lo blanco.
Creemos en lo increible y negamos lo evidente.
Vivimos por y para lo intangible: necesitamos respuestas y significado;y nos seguimos preguntando.
Gritamos como si el volumen nos diese la razón o nos fiamos de un número para saber lo listos o guapos que somos.
Lloramos con las películas y no con los telediarios.
Somos la contradicción, la respuesta a nuestra propia pregunta.
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Genial.
ResponderEliminarMuy chulo. Ánimo para la recta final del curso.
ResponderEliminarHacemos tantas cosas que no deberíamos...
ResponderEliminarMe ha gustado, buena reflexión (=
Muy bueno
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