lunes, 23 de febrero de 2009

Girasoles

Cerrar los ojos y vagar flotando con la imaginación sobre un campo de girasoles bañado por el sol. Sobre uno de esos perfectos campos de girasoles de los anuncios de aceite. Ahora, abro los ojos y veo pasar fugazmente a mi lado campos y campos de girasoles; pero no son como los del anuncio, no miran hacia arriba buscando que los rayos del sol rocen sus pétalos, los girasoles que pasan a mi lado, como fugaces rayos amarillos de pintura corrida sobre el lienzo, miran hacia abajo. No se asemejan a los luminosos cuadros de Monet, ni siquiera se acercan a los girasoles de Van Gogh, más bien son las pinturas negras que Goya jamás pintó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario