domingo, 1 de marzo de 2009

Conversación con ella

-Somos tan efímeros... quizá se deba a que dependemos de la duración del presente, de nuestra vida, de la memoria...
Sé que es nuestra naturaleza, pero quiero rebelarme contra ella. Ya lo hicieron otros antes ¿no? ¿Para qué mandaron sino construir los faraones las titánicas priámides? Para que se les recordase cuando ya nada de ellos quedase sobre la faz de la tierra. Y lo consiguieron ¿no?Más o menos... sólo recordamos tres o cuatro nombres... pero son más conocidas las pirámides que ellos... También realizando grandes acciones, ya sean buenas o malas...¿Una taza de café?No, claro que no, que tontería...¿a quién se le ocurre ofrecerle una taza de café a la muerte?Si probablemente ni comas no?¿Puedo tutearte?
La muerte asintió divertida
-Nunca me lo había planteado, pero la verdad es que ahora tengo miedo de desvanecerme,de que en cuanto acabe esta conversación todo el mundo se olvide de mí, una hormiga entre tantas... ¿Sabes?acabamos de conocernos y sin embargo siento que puedo confiar en tí, quizás sea por la seguridad de que no nos vamos a volver a ver en la vida, y tampoco tienes pinta de ser de ese tipo de ¿personas? que lo van contando todo por ahí... tampoco es que tengas pinta de hablar mucho jeje... aunque ¿para qué hablar si sabes que la conversación va a durar poco?Y si para mí dura poco, para tí ni te cuento, seguirás viva hasta que muera la vida, valga la redundancia jaja. A tí siempre te recordarán porque siempre que haya alguien o algo vivo ahí estarás tú... Debería haberlo pensado, lo mejor para que me recordasen sería ser la muerte... ¿no te interesaría jubil...?
La muerte le tocó con un dedo y el alma del hombre salió convertida en una nube de polvo que desapareció con una brisa proveniente de ningún lado.

-Sí, lo encontraron muerto en su cocina por sobredosis de somníferos. La vecina le oyó conversar solo por la noche y pensó que se había vuelto majara del todo, al no verle aparecer al día siguiente a por el periódico llamó a una ambulancia...
-Un buen hombre sí... pero desde que perdió a su esposa no era el mismo, y se había enganchado a esas pastillas para dormir...


El momento en el que más gente piensa en tí es en el que te mueres- pensó la muerte y se dió la vuelta orgullosa de haber conseguido cumplir al menos parte del sueño de un hombre.- El mío es un trabajo que llena.

1 comentario:

  1. Hola Marta, la verdad es que escribes muy bien, me dejas con buen sabor, he leido todo y es reconfortante saber que hay gente joven que sabe pensar y muy bien...

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