lunes, 26 de octubre de 2009

Cuadro

Todo comenzó con un cuadro. Una amiga de mi tía es artista y una temporada le dio por pintar retratos...La verdad es que sus cuadros son muy realistas... Bueno, la cosa es que mi tía le compró uno para regalármelo por mi cumpleaños. Un retrato precioso, muy colorido, de una chica morena de ojos grandes y media sonrisa. No sé, me dio la impresión de que de haberla conocido me hubiese llevado bien con ella.
Un día llegué a casa cansadísima del trabajo, harta de todo el mundo. Tenía ganas de despotricar contra todo, y al verme sola en casa empecé a hablarle al cuadro. Parecía que me escuchaba y que me sonreía comprensiva. Me quedé muy descansada tras desahogarme.
Pocos días después estuve de broncas con mis amigas y al llegar a casa tras una discusión, volví a contarle mis penas al cuadro. Me di cuenta de lo que estaba haciendo y paré de hablar en seco, pero mi mirada se cruzó con la sonrisa cómplice y continué hablando.Aquella muchacha desconocida, pintada al óleo, se fue conviertiendo poco a poco en mi confidente; hasta le pedía consejos a la hora de elegir ropa y la cambié de sitio para que pudiese ver la televisión conmigo.
No tengo claro si esto es muy normal... por eso decidí acudir a una psicóloga de prestigio como usted, pero ya que la persona que mejor me entiende está pintada, creí que la mejor idea era arrancarle del cartel publicitario de su consulta ¿Usted que opina Doctora Gómez?

2 comentarios:

  1. Cada uno tenemos nuestras vias de escape para desahogarnos... yo hablo solo, conmigo mismo muchas veces, o me trato en 3º persona. También uso Twitter, que la gente real mola :D No es algo usual, pero no es preocupante... salvo que te conteste, claro :P

    Un saludo!

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  2. Genial, me encantó
    Todo el blog es buenísimo.

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