Cansancio. Sueño. Sopor.
La voz grave y monótona del profesor es para mí un zumbido sordo al que me he acostumbrado.
Templum, templum, templum.
Muero, poco a poco, lentamente. Mi reloj va despacio, muy despacio. El tiempo se ha detenido para verme morir de aburrimiento.
Templi, templo, templo
Que ironía, me mata una lengua muerta.
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Mientras el tiempo vaya despacio...así se podrá disfrutar ma´s de tu compañía
ResponderEliminar=)
que grande el texto y que realidad!
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