lunes, 1 de marzo de 2010

Esperpento

Echas a andar, bajo la lluvia, evitando los charcos y mirando cómo se proyecta sobre ellos la luz de las farolas. Y los pisas, para que el reflejo se distorsione y tiemble en onduladas curvas que hacen parecer la deformación suave e indolora, casi agradable. Igual que cuando miras a través del vaso: lleno, te refleja; vacío, distorsiona la realidad. Pero los colores siguen ahí, tristes, apagados. E insistes en no salir de día y continuar buscando los rayos de sol durante la noche.
Con los rasgos tapados vas recorriendo las calles, como un Dr Jekyll avergonzado y temeroso de salir a la luz del sol porque no quiere que se descubra su Mr Hyde.
Todo te parece gris y apagado, porque lo ves de noche, sin apenas iluminación.
Y quizá, ese Mr Hyde no sea tan malo como parece y simplemente viva asustado porque lo has condenado a una vida en blanco y negro. A cámara rápida, como una peli de Charlot, sin tiempo para detenerse a pensar si realmente le gusta ser así y si puede hacer algo para cambiarlo.
Las luces, las sombras, danzan a tu alrededor en un frenético vals, haciéndote sentir en un infierno que a fin de cuentas te pertenece, te hace sentir en casa.

2 comentarios:

  1. sometimes, when the creature wants some freedom, you've got to let it be free. But just for a while :)

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  2. Cuando estás gris, todo lo es. La luz no tiene por qué ser brillante si tu no la ves de esa manera.
    Nuestro Mr. Hyde de vez en cuando debe salir, para que podamos comprender quienes somos; ni uno ni otro, sino los dos

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